La crónica francesa: pósters de los personajes

En la película LA CRÓNICA FRANCESA el actor Bill Muray interpreta a Arthur Howitzer, Jr., el respetado fundador y editor de The French Dispatch del Liberty Kansas Evening Sun, quien fue hallado muerto de un aparente ataque al corazón en sus oficinas situadas en el Printer’s District, en el pueblo de Ennui-sur-Blasé, Francia.


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Su personal, cuidadosamente seleccionado por Howitzer y entre los que se incluyen el historietista (Jason Schwartzman), el editor de historia (Fisher Stevens), el asesor legal (Griffin Dunne), la editora (Elisabeth Moss), la correctora de pruebas (Anjelica Bette Fellini) y el risueño escritor Wally Wolodarsky —quien ha ocupado las oficinas de The French Dispatch durante años pero nunca escribió una sola palabra— se reúne en torno al cuerpo para colaborar en el obituario. Liderados por los queridos redactores de Howitzer, a quienes él consentía, incentivaba, regañaba y realzaba, lo que lo hizo ganarse su amor y devoción:

Herbsaint Sazerac (Owen Wilson), el intrépido periodista de ciclismo, atraído por los aspectos más inquietantes e indeseables de las ciudades lejanas que visita… J.K.L. Berensen (Tilda Swinton), la cronista y crítica de arte, gran conocedora de todos los vericuetos del mundo del arte moderno.… Lucinda Krementz (Frances McDormand), la solitaria ensayista que protege su integridad periodística tan fielmente como sus pasiones privadas… y Roebuck Wright (Jeffrey Wright), el solitario erudito expatriado con una memoria tipográfica, descubierto y rescatado por Howitzer bajo circunstancias humillantes.


LA REVISTA


En las páginas del The French Dispatch, podemos leer lo siguiente:

El recorrido que realiza Sazerac (Owen Wilson) por Ennui-sur-Blasé, una vieja ciudad que se alza sobre una colina, con las antiguas torres de su catedral, sus angostas calles empedradas que serpentean entre viejas estructuras de piedra, su encanto y deterioro, su vida nocturna y sus bajos fondos, donde todas las épocas parecen disolverse en la esencia eterna de Francia, que fluye como las aguas del cercano río Blasé.


“La obra maestra concreta” de Berenson (Tilda Swinton), en el cual se da a conocer la obra del pintor criminal Moses Rosenthaler (Benicio del Toro y, de joven, Tony Revolori), quien es promovido despiadadamente y vendido a precios cada vez más astronómicos por el marchante de arte Julian Cadazio (Adrien Brody) y sus dos tíos (Bob Balaban y Henry Winkler)… y cuya anticipada obra maestra en la que lleva años trabajando, inspirada en su carcelera y musa Simone (Léa Seydoux), es develada con gran fanfarria ante un impaciente mundo del arte, entre los que se incluye el reconocido coleccionista y posible comprador de su obra, oriundo de la ciudad de Kansas, Upshur “Maw” Clampette (Lois Smith).


“Revisiones de un manifiesto” de Krementz, un relato personal sobre los reclamos y pasiones, políticas y sexuales, que empujan a la romántica juventud desencantada de Ennui a ir a la guerra con sus maestros adultos, e iniciar una tumultuosa huelga general que conlleva al cierre de todo el país. Los carismáticos héroe y heroína de Krementz son los trágicos líderes del movimiento: el soñador Zeffirelli (Timothée Chalamet) y la inflexible Juliette (Lyna Khoudri).


“El comedor privado del comisario de policía” de Roebuck-Wright es un retrato que le fue asignado sobre el legendario chef Nescaffier (Stephen Park), quien sirve a las órdenes del comisario de Ennui-sur-Blasé (Mathieu Amalric), que inesperadamente estalla en una angustiosa historia de suspenso contrarreloj, cuando un grupo de matones encabezado por “The Chauffeur” (Edward Norton) secuestra al querido hijo, y ayudante del comisario en la resolución de crímenes, Gigi (Winsen Ait Hellal), y amenaza con matarlo si el contador de las organizaciones delictivas locales (Willem Dafoe) recientemente arrestado no es puesto en libertad.


Cuatro historias sorprendentes, complejas, de una elaboración exquisita, con una riqueza de detalles, inesperadamente graciosas y más inesperadamente conmovedoras, reunidas dentro de las páginas de una revista elaborada con el máximo amor y cuidado: The French Dispatch del Liberty Kansas Evening Sun.

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