Tras la pista de la bestia: Las pistas que llevaron a la captura de Luis Alfredo Gravito
Se estrenó en HBO Max la serie documental Garavito: La bestia serial, que sigue el arduo trabajo del equipo de investigación que llevó a la captura del criminal más siniestro de Colombia y América Latina en los años 90, Luis Alfredo Garavito, quien recientemente murió en prisión cumpliendo su condena. Investigadores, periodistas y familiares de las víctimas relatan los detalles inéditos del caso que dejó una herida abierta en la sociedad colombiana.
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En 1998, Colombia vivía una serie de problemas sociales, por lo que el hallazgo de los restos de tres menores en el municipio de Génova se asoció a la violencia provocada por los grupos armados ilegales. No fue sino hasta noviembre del mismo año que, gracias al hallazgo masivo de cadáveres en el Eje Cafetero, se planteó la hipótesis de un asesino en serie con un siniestro modus operandi. Pero para entender los detalles del caso y las pistas que llevaron a los investigadores del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial) a dar con él, fue necesario volver sobre los pasos de la bestia:
Tras confirmar la existencia de un asesino en serie de niños, los expertos forenses y los detectives examinaron las pruebas halladas en los escenarios de los asesinatos. Desde la ropa de las víctimas hasta las armas utilizadas para llevar a cabo estos actos, los expertos recopilaron y compararon pruebas para establecer conexiones y perfiles que finalmente condujeron a la identificación de Garavito. Además, se determinó que las víctimas eran niños de entre 8 y 14 años, la mayoría de los cuales vivían en zonas rurales.
Tras la desaparición de un niño en Tunja, Boyacá, en 1996, la familia de la víctima tomó declaración a la última persona vista con el niño: un hombre con muletas que se encontraba en el centro de la ciudad. Tras identificar al presunto autor, la policía lo detuvo, pero tuvo que liberarlo horas después por falta de pruebas, no sin antes recabar información importante. El acusado decide denunciar a sus familiares por calumnias ante la Defensoría del Pueblo, revelando su nombre: Luis Alfredo Garavito.
Tiempo después, los investigadores tuvieron conocimiento del hecho ocurrido en Tunja y sospecharon que podría estar relacionado con el asesinato de niños en varios municipios del Valle y el Eje Cafetero. Con la información recopilada en ese momento, dieron con la dirección de la hermana de Garavito, quien confirmó su extraño comportamiento y conducta, además de decir que había una persona muy cercana a él: Luz Mary Ocampo, profesora y amiga, quien lo hospedaba en su casa. Ahí, en la casa de Luz Mary, los investigadores encontraron las pertenencias de Garavito, donde guardaba fotos, recortes de noticias de sus víctimas, boletos de viajes por el país, información sobre posibles asesinatos no denunciados, así como un historial médico que confirma que Garavito padecía trastornos psicológicos, alcoholismo y miopía.
Conocedores de la existencia del posible pederasta y asesino, los investigadores estudiaron las pautas de comportamiento de Garavito, incluidas sus rutas y horarios de viaje. En los lugares donde fueron encontrados los niños desaparecidos, hallaron también botellas de bebidas alcohólicas que coincidían con el comportamiento del criminal; zapatos que mostraban un pie izquierdo cojo; y también tuvieron conocimiento de un gran incendio que, supusieron, debió dejar importantes quemaduras al sospechoso.
Con todas estas pistas, los investigadores armaron un perfil de la bestia para alertar a las autoridades del país, hasta que, el 22 de abril de 1999, Garavito, valiéndose de artimañas y engaños, intentó abusar de un joven que vendía billetes de lotería en Villavicencio. Sin embargo, un indigente que se encontraba cerca del lugar logró salvar al menor y escapar del agresor, alertando a las autoridades, que iniciaron la persecución. Gracias a la rápida acción de la Policía, la comunidad y los taxistas de la ciudad, se realizó una búsqueda calle por calle hasta dar con el perfil del agresor.
Una vez capturado, Garavito se identificó como Bonifacio Morera Lizcano y su historia no coincidía con los muchos casos de niños desaparecidos en todo el país. Sin embargo, días antes de ser liberado por vencimiento de términos y falta de pruebas, meses de trabajo de los investigadores lograron establecer que Bonifacio coincidía con la descripción de Luis Alfredo Garavito en cuanto a cojera del pie izquierdo, quemaduras en el cuerpo, alcoholismo, fotos y testigos que reconocían el perfil de la bestia que se había camuflado en diferentes ciudades colombianas con disfraces y falsas fachadas. Finalmente, con su captura en Villavicencio, se confirma el responsable de más de 200 muertes y se desentraña el enigma de Garavito.
A lo largo de los cuatro episodios de Garavito: La bestia serial, desde la voz del equipo investigador, HBO Max revive el trabajo que transformó el desarrollo de las investigaciones policiales en Colombia y desentrañó a uno de los asesinos más calculadores de América Latina.
Más: EN 2024 HBO ESTRENARÁ LA SEGUNDA PARTE DE LA SERIE THE JINX - LA MALDICIÓN: LA VIDA Y MUERTES DE ROBERT DURST
En 1998, Colombia vivía una serie de problemas sociales, por lo que el hallazgo de los restos de tres menores en el municipio de Génova se asoció a la violencia provocada por los grupos armados ilegales. No fue sino hasta noviembre del mismo año que, gracias al hallazgo masivo de cadáveres en el Eje Cafetero, se planteó la hipótesis de un asesino en serie con un siniestro modus operandi. Pero para entender los detalles del caso y las pistas que llevaron a los investigadores del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial) a dar con él, fue necesario volver sobre los pasos de la bestia:
EL MODUS OPERANDI
Tras confirmar la existencia de un asesino en serie de niños, los expertos forenses y los detectives examinaron las pruebas halladas en los escenarios de los asesinatos. Desde la ropa de las víctimas hasta las armas utilizadas para llevar a cabo estos actos, los expertos recopilaron y compararon pruebas para establecer conexiones y perfiles que finalmente condujeron a la identificación de Garavito. Además, se determinó que las víctimas eran niños de entre 8 y 14 años, la mayoría de los cuales vivían en zonas rurales.
UNA DENUNCIA EN TUNJA, BOYACÁ
Tras la desaparición de un niño en Tunja, Boyacá, en 1996, la familia de la víctima tomó declaración a la última persona vista con el niño: un hombre con muletas que se encontraba en el centro de la ciudad. Tras identificar al presunto autor, la policía lo detuvo, pero tuvo que liberarlo horas después por falta de pruebas, no sin antes recabar información importante. El acusado decide denunciar a sus familiares por calumnias ante la Defensoría del Pueblo, revelando su nombre: Luis Alfredo Garavito.
LUZ MARY, AMIGA DE GARAVITO
Tiempo después, los investigadores tuvieron conocimiento del hecho ocurrido en Tunja y sospecharon que podría estar relacionado con el asesinato de niños en varios municipios del Valle y el Eje Cafetero. Con la información recopilada en ese momento, dieron con la dirección de la hermana de Garavito, quien confirmó su extraño comportamiento y conducta, además de decir que había una persona muy cercana a él: Luz Mary Ocampo, profesora y amiga, quien lo hospedaba en su casa. Ahí, en la casa de Luz Mary, los investigadores encontraron las pertenencias de Garavito, donde guardaba fotos, recortes de noticias de sus víctimas, boletos de viajes por el país, información sobre posibles asesinatos no denunciados, así como un historial médico que confirma que Garavito padecía trastornos psicológicos, alcoholismo y miopía.
ALCOHOL, ZAPATOS Y UN GRAN INCENDIO
Conocedores de la existencia del posible pederasta y asesino, los investigadores estudiaron las pautas de comportamiento de Garavito, incluidas sus rutas y horarios de viaje. En los lugares donde fueron encontrados los niños desaparecidos, hallaron también botellas de bebidas alcohólicas que coincidían con el comportamiento del criminal; zapatos que mostraban un pie izquierdo cojo; y también tuvieron conocimiento de un gran incendio que, supusieron, debió dejar importantes quemaduras al sospechoso.
UNA VÍCTIMA QUE LOGRÓ ESCAPAR
Con todas estas pistas, los investigadores armaron un perfil de la bestia para alertar a las autoridades del país, hasta que, el 22 de abril de 1999, Garavito, valiéndose de artimañas y engaños, intentó abusar de un joven que vendía billetes de lotería en Villavicencio. Sin embargo, un indigente que se encontraba cerca del lugar logró salvar al menor y escapar del agresor, alertando a las autoridades, que iniciaron la persecución. Gracias a la rápida acción de la Policía, la comunidad y los taxistas de la ciudad, se realizó una búsqueda calle por calle hasta dar con el perfil del agresor.
¿BONIFACIO MORERA LIZCANO?
Una vez capturado, Garavito se identificó como Bonifacio Morera Lizcano y su historia no coincidía con los muchos casos de niños desaparecidos en todo el país. Sin embargo, días antes de ser liberado por vencimiento de términos y falta de pruebas, meses de trabajo de los investigadores lograron establecer que Bonifacio coincidía con la descripción de Luis Alfredo Garavito en cuanto a cojera del pie izquierdo, quemaduras en el cuerpo, alcoholismo, fotos y testigos que reconocían el perfil de la bestia que se había camuflado en diferentes ciudades colombianas con disfraces y falsas fachadas. Finalmente, con su captura en Villavicencio, se confirma el responsable de más de 200 muertes y se desentraña el enigma de Garavito.
A lo largo de los cuatro episodios de Garavito: La bestia serial, desde la voz del equipo investigador, HBO Max revive el trabajo que transformó el desarrollo de las investigaciones policiales en Colombia y desentrañó a uno de los asesinos más calculadores de América Latina.
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